En este sentido, desde el área, a cargo de la doctora Natalia Zemp y el licenciado Juan Del Bene, se remarca que “apostar no es un juego” y se brindan medidas para evitar esta actividad entre adolescentes.
Las apuestas en línea son aquellas que a través de diferentes plataformas incentivan a arriesgar dinero por un resultado azaroso. Hay distintos tipos como casinos virtuales, loterías virtuales y apuestas deportivas.
Por eso desde la Coordinación de Adolescencias se indica como clave el acompañamiento para prevenir esta práctica de parte de adolescentes y que se convierta en fuente de malestar y un posible problema de salud.
Asimismo, se considera fundamental educar en ciudadanía digital como clave para poder formar adolescentes y adultos críticos con un uso reflexivo y responsable de las tecnologías.
Algunos indicios a tener en cuenta: el pedido de más dinero de lo habitual al entorno cercano, un uso excesivo de dispositivos móviles en clase o en la casa y otros espacios sin supervisión adulta.
Irritabilidad ante la puesta de límites, trastornos del sueño, los cuales pueden estar acompañados de sentimientos de vergüenza, baja autoestima, y disminución del rendimiento escolar entre otros.
Si como adultos observamos que el adolescente está atravesando dificultades para limitarse en el uso de estas aplicaciones sugerimos recurrir al centro de salud más cercano para que pueda realizar un acompañamiento profesional.
Si bien apostar es ilegal en menores de 18 años, muchos chicos y chicas logran acceder a ellas porque no hay suficiente regulación en la temática.
-Conversar sobre el tema con adolescentes y escuchar qué tienen para decir sin juzgar ni minimizar lo que les sucede.
-Reflexionar sobre el propio uso que las y los adultos hacemos de las pantallas y especialmente de este tipo de apuestas.
-Supervisar contenidos, limitar el uso de pantallas cuando sea necesario