En Río Negro, esta labor conforma uno de los eslabones fundamentales de la cadena turística, ya que permite a las personas interiorizarse sobre las particularidades que hacen especial a cada destino no solo en aquellos sitios ya consolidados, sino también en los lugares emergentes donde los guías baqueanos se ocupan, además, de concientizar sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.
Desde Bariloche, uno de los sitios más elegidos por visitantes de todo el país, Johana Canessa destaca sobre su profesión que “a mi me hace muy feliz el contacto con la gente, poder transmitir no solo datos, información o números sino también un sentimiento, un sentido de pertenencia que pueda hacer sentir como propio el lugar a los turistas. Al final del día depende casi exclusivamente de nosotros que los visitantes tengan un recuerdo bueno o malo del lugar, por lo que es preciso poner en valor nuestro trabajo”.
Por otra parte, Belén Muñoz, que cumple tareas en el Área Natural Protegida Paso Córdoba en General Roca, señala que la actividad le permitió muchas cosas: “Fue fundamental para vincularme con los vecinos y vecinas de mi ciudad junto con el patrimonio local, pero también conocer a muchísimas personas de otros lugares, con quienes aún sigo en contacto. Pude generar muchos vínculos que a lo largo del tiempo se convirtieron en familia”.