El cáncer cervicouterino es causado por algunos tipos de Virus de Papiloma Humano (VPH), que afectan tanto a mujeres como a varones y se transmiten a través del contacto sexual.
En la mayoría de los casos el virus es eliminado por el sistema inmune, sin causar ninguna manifestación o síntoma en el cuerpo. En otros, la enfermedad se desarrolla cuando las células del cuello uterino comienzan a transformarse en una forma anormal. Esto es conocido como “lesiones” que, si no se detectan a tiempo, pueden ser precursoras del cáncer.
Por este motivo, la primera medida de prevención es la vacuna VPH, que previene la infección que luego provocará las lesiones. Su aplicación se indica antes del comienzo de las relaciones sexuales, tanto a niñas como a niños de 11 años, y su acceso es gratuito.
Según el nuevo esquema de vacunación, se trata de la aplicación de una única dosis a partir de los 11 y hasta los 20 años, que será considerada como esquema completo.
La segunda acción de prevención es la realización del Papanicolaou (PAP) que es un estudio sencillo y permite detectar estas lesiones en el cuello del útero y tratarlas a tiempo. Se recomienda que las personas con cuello de útero entre 25 y 65 años se realicen el PAP en el centro de salud más cercano a su domicilio.
Se estima que la mayoría de las personas estarán en contacto con el VPH en algún momento de sus vidas, por ello, son importantes todas las acciones en conjunto para evitar esta enfermedad y lograr la disminución de su aparición.