El Programa, implementado desde 1993, es una herramienta crucial para que productores, técnicos, empresarios, representantes del sector público determinen el momento óptimo de inicio y fin de cosecha de cada variedad, protegiendo de esta manera a los consumidores y garantizando la calidad de una fruta que es reconocida en el país y en el mundo.
En este marco, desde el área de Fruticultura todos los lunes entre diciembre y marzo se visitan distintas unidades productivas de ciudades del Valle, tomando las muestras necesarias de las variedades a cosechar.
La muestra reúne 20 frutos representativos, los que son identificados con rótulos y llevados al INTA en Guerrico. Allí se toman diversos índices de madurez como lo son la presión, el almidón y los sólidos solubles.
En base a los estudios, los especialistas determinan la ventana de cosecha, es decir, desde y hasta cuándo se puede cosechar la variedad para conservar el punto de madurez óptimo de peras y manzanas.
Mediante el trabajo interinstitucional continuo y la fiscalización, el Programa Regional de Madurez se consolida como un eslabón esencial en la calidad de los frutos en la provincia.