Frente a un escenario mundial de fuertes alzas en los precios de los fertilizantes y la incidencia negativa para la salud y el suelo por el uso excesivo de agroquímicos en la producción de alimentos, este proyecto presenta importantes ventajas competitivas, ya que propone desarrollar bioinsumos que mejoran la productividad y son amigables con el ambiente.
La directora del proyecto, Verónica Chillo explica “resulta fundamental evaluar alternativas locales para el manejo sostenible de la fertilidad de los suelos. Por eso, trabajamos en adecuar y validar la tecnología de procesos del uso de bioinsumos en base a microorganismos de montaña para la producción sustentable de lúpulo y frambuesa”.
El mismo se lleva adelante en la Comarca del Paralelo 42, desde la Agencia de Extensión Rural de INTA en El Bolsón y, se enmarca dentro de los objetivos de trabajo fijados por la Provincia para impulsar el fortalecimiento tecnológico de Río Negro, la mejora de la competitividad y expansión de la innovación tecnológica en la producción a través de las acciones de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Economía del Conocimiento, dependiente de la Agencia Río Negro Innova. Desde dicha Secretaría, se vienen realizando visitas de seguimiento y acompañamiento a cada uno de los equipos de los proyectos PFI a fin de evaluar los avances, logros y obstáculos durante su ejecución.
La generación local de biofertilizantes, bioestimulantes y biocontroladores y el montaje de biofábricas de mediana escala, contribuirá a difundir esta tecnología de fácil elaboración y de menor costo, ya que al no requerir de insumos externos dolarizados se logra una disminución de los costos de producción, a la vez que permite producir alimentos saludables a través de prácticas ambientalmente sustentables que mejoran la fertilidad y salud del suelo.
“Las chacras de lúpulo y frambuesa donde se instalarán las biofábricas y se realizarán los ensayos de prueba son referentes en la producción local, por lo que esta transferencia directa de conocimientos facilitará el acceso de distintos productores de la Comarca a la experiencia y a la información generada”, asegura la investigadora del Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias Bariloche (IFAB), perteneciente a INTA y CONICET. Cabe destacar que esta tecnología es ampliamente utilizada en otras regiones del mundo, pero es de incipiente desarrollo en nuestra región.
Con la primera parte del desembolso del Aporte No Reembolsable (ANR) recibido por PFI 2022, se ha podido finalizar la primera etapa y comenzar con la segunda, en la que se espera poder desarrollar protocolos de procesos de fabricación y aplicación de biofertilizantes con microorganismos nativos, e instalar biofábricas modelos en emprendimientos productivos que apunten a llegar a productores con diferentes perfiles socio-económicos.