“Tenemos que contrarrestar estos discursos que banalizan el horror, podemos reconstruir aquellas memorias de estas tragedias para elaborar mecanismos de construcción de identidades, con respeto, compromiso por el otro y solidaridad social”, agregó.
La Ministra describió el trabajo en el área educativa en Río Negro en temáticas como memoria y discursos de odio, a partir de los sucesos recientes de grandes guerras, genocidios y terrorismo de Estado.
En ese sentido indicó que el Ministerio trabaja hace años con la Casa de Ana Frank Argentina para América Latina, organizadora del seminario, “en un compromiso permanente que alimenta de estos contenidos a las aulas de Río Negro”.
Habló sobre el “siglo corto” que va desde 1914 con la Primera Guerra Mundial a 1991 con la caída del bloque soviético, en la que en Europa irrumpió el nazismo con el holocausto, además de otras masacres, y en Argentina y Latinoamérica con las dictaduras militares.
“Tienen denominadores similares, como el terror generalizado, persecuciones, represión, bloqueo del orden constitucional y la exposición de ciudadanos sin protección judicial alguna”, sostuvo.
Detalló que en el país “la dictadura instaló la cultura del individualismo, del no involucramiento, el ‘no te metás’, ‘el silencio es salud’ o ‘algo habrán hecho’, para señalar a personas y grupos determinados como subversivos, y clausurar relaciones de reciprocidad, solidaridad social, compromiso con los demás, indiferencia al semejante”.
Indicó que estos fenómenos son los motores de los discursos de odio y llamó a la continuidad del trabajo de recuperación de la memoria por medio de testigos de la historia, fortalecer identidades, autovaloración y confianza, para recuperar los valores de la democracia y los derechos humanos.