La inversión tiene un financiamiento especial del BID gestionado por el Gobierno de Río Negro y ejecutado por el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enhosa).
Se trata de una obra trascendental para Bariloche, ya que resolverá el actual colapso del sistema y resolverá la demanda de saneamiento de la ciudad por los próximos 20 años. Para tener dimensión de su importancia basta señalar que el sistema actual transporta 1.000 centímetros cúbicos por hora, al límite de una operación para la ciudad de 140.000 habitantes sin turismo, y que pasará a hacerlo con 3.000 m3 por hora.
Al pasar a triplicar la potencia contará con la planta de tratamiento (con capacidad para 200.000 habitantes) inaugurada por el presidente Alberto Fernández y la gobernadora Arabela Carreras el 9 de diciembre de 2020.
Esto contempló la ampliación de la planta de tratamiento ya terminada y la colocación de un nuevo colector cloacal costanero, paralelo y de mayor dimensión al actual que funciona desde hace más de 30 años.
Ambos caños se vinculan en una nueva estación ubicada a la altura del CET Nº 2 en el barrio Ñireco, a unos tres kilómetros al este del inicio de la avenida Bustillo, y más adelante se conectan a la estación elevadora e impulsora que llevará los líquidos a la planta de saneamiento que opera la Cooperativa de Electricidad Bariloche.
Es una obra monumental que va completamente bajo tierra, con caños de diámetros de entre 800 centímetros y 1.200 centímetros (que incluso permiten la inspección de un experto que ingresa a su interior y lo recorre), enterrados a ocho metros de profundidad.
Los barilochenses y turistas observan esto desde su inicio, desde la avenida Bustillo por Juan Manuel de Rosas y la costanera 12 de Octubre, hasta la calle Palacios, donde el zanjeo y la colocación del ducto giró al norte y bajó a la costa del lago Nahuel Huapi para continuar al este hasta la planta.
En total son 7 kilómetros, de los que los primeros 5 funcionarán por gravedad (los líquidos bajan solos por el caño) y los 2 restantes serán elevados más de diez metros e impulsados hasta la planta por poderosas bombas que ya están en el lugar para ser colocadas.
Justamente en ese punto están ahora los trabajos, especialmente complejos debido a que la planta de bombeo tiene grandes dimensiones y va enterrada a un nivel al que hay que vaciar de agua de las napas subterráneas, tarea que demanda un gran esfuerzo hace meses.
Una vez concluido ese trabajo armarán un encofrado y construirán la planta de concreto para colocar las bombas, al que agregarán los caños de subida y traslado hasta la planta.
Ese es el gran trabajo restante en la ejecución de la obra, porque el tendido de caños está casi completo: restan apenas 12 metros en la Costanera y otros 560 metros en la costa del lago.
Las autoridades a cargo estiman que todo el complejo será inaugurado este año.