La leche humana se produce en personas gestantes durante y después del embarazo sin ningún otro insumo más que la energía del cuerpo humano y es un alimento ambientalmente sustentable.
Su generación no tiene impacto negativo sobre el planeta Tierra, ya que a diferencia de la leche comercial, esta no requiere el uso de tecnologías, de productos químicos para su elaboración y conservación ni de la explotación de recursos naturales como el agua, la energía, el suelo y seres vivos. Además, no contamina la atmósfera con gases de efecto invernadero y no genera basura.
La leche humana se renueva todo lo necesario gracias al estímulo de la lactancia entre otros, y para acceder a ella no se necesita comprarla ya que está disponible en el hogar de manera segura en las cantidades y calidad necesarias para la buena salud del bebé, proporcionándole los anticuerpos necesarios y otros elementos protectores únicos.
Al mismo tiempo que se apoya a los humanos para que puedan ejercer su derecho a amamantar, se cuida la economía de las familias y se protege la salud de los bebés y del planeta tierra.