Durante todo el año funcionaron en dos escuelas primarias y un colegio secundario de la ciudad capital.
Eulalia Alvarez Pebe es referente de la Agencia para la Prevención y Asistencia ante el Abuso de Sustancias y de las Adicciones (APASA) del ámbito educativo y explicó: “Estos son espacios destinados a la comunidad en general, no solamente a la comunidad educativa. La idea principal es generar un espacio de escucha y orientación”.
“Las actividades que se realizan son talleres en distintas escuelas donde trabajamos con alumnos, docentes y familias. Entendemos que la intervención tiene que ser enfocada a estas tres poblaciones que son las más importantes para trabajar en la escuela”, agregó.
“Han venido personas de establecimientos educativos con distintas situaciones, nosotros hacemos nuestra primera escucha, contenemos y a veces evaluamos brevemente la situación en la que viven. Generalmente las situaciones de consumo que se presentan en la escuela son sólo la punta del iceberg, hay muchas cosas detrás que detonan esta situación” contó Fanny Jara, quien se forma parte de estos faros.
Las principales demandas se realizan por parte de los colegios, que requieren herramientas para poder trabajar con sus alumnos y con las familias los consumos problemáticos.
“La temática de las adicciones así como otras no son específicamente pedagógicas, pero atraviesan a la escuela ya que las cuestiones sociales impactan en la vida escolar. Entonces, la escuela tiene que permanentemente ir transformándose a medida que lo hace la sociedad” explicó Jara.
Estos espacios se encuentran abiertos a toda la comunidad y continuarán funcionando hasta el fin del ciclo lectivo en la ESRN N°19 los martes de 12 a 14 y los jueves de 10 a 12, en la Escuela N° 297 los viernes de 10 a 14 y en la Escuela N° 263 los miércoles de 10 a 14.