En total, la superficie afectada por las llamas alcanzó las 128.000 hectáreas, registrando una disminución del 36% comparada con las 201.000 quemadas el verano pasado.
“Esto tiene que ver con la rapidez de acción y con la cantidad de personal afectado a las tareas. Esto hace que el tiempo de respuesta sea mucho menor”, explicó el jefe de la Central Conesa, Jorge Chiriotti.
“El lugar donde estamos asentados es estratégico. Estamos mancomunandos con bomberos voluntarios para trabajar en los lugares más alejados y vamos en asistencia y apoyo, en caso de ser necesario”, completó.
El SPLIF Conesa tiene una jurisdicción que supera las 6.500.000 hectáreas. Esto hace que sea muy importante la tarea con los bomberos voluntarios de las localidades de la zona para lograr una rápida acción.
“También vemos que se trabajó con la concientización en las escuelas y con los productores, que van entendiendo la importancia de aprender a prevenir”, agregó.
Para Chiriotti, las cifras de la temporada demuestran que fue “altamente positivo” definir la apertura de una central en General Conesa. “Desde el primer día incrementamos la planta de personal, pasando de 21 a 39 y a eso se suma el equipamiento que nos permite trabajar en buenas condiciones”, añadió.