“El hecho de estar en el taller, escuchando a las chicas del Consejo de la Mujer, me ha hecho ver situaciones de mi vida personal, en mi pareja, que pensaba que eran normales. Luego, y por mi propia voluntad, tomé la decisión de asistir a la Comisaria de la Familia; tratar mi situación, difícil, porque fueron 20 años de vivir con él, y separarme”, explicó.
La mujer, de 60 años, convivió durante los últimos 20 con un hombre que, según describe “no me permitía ser dueña ni de mi propia casa, ni de mi habitación, ni de mi cocina. La violencia es una escalera a la que vas subiendo de a poco, y cuando querés acordar, te da pánico la altura”.
“El haber dictado el taller el año pasado me ayudó a entender y a darme cuenta de ciertas ‘alertas’, que me decían que algo no estaba bien. Al Emprender y al Consejo les agradezco el abrir ventanitas que te dicen ‘acá pasa algo y no te estás dando cuenta’. Hoy estoy en paz, pero todavía no estoy feliz, tengo que recuperar mi felicidad, porque es muy pronto todo”, aseguró emocionada.
En este sentido, invitó a mujeres y hombres de la ciudad andina a participar del espacio este año: “los talleres sirven, son una terapia; el buscar tejidos, el compartir; y en mi caso, enseñar, ver cómo avanzan las principiantes, me hace muy bien”.
Lorena Sagaut, responsable del Consejo Provincial de la Mujer en la zona Andina, en tanto, explicó que, desde el Consejo, en Bariloche, “decidimos trabajar los cursos Emprender desde una perspectiva de género; haciendo hincapié en los derechos de las mujeres, charlando con las mujeres que asisten a los cursos sobre cómo prevenir la violencia, ya sea verbal, psicológica o física”.
“En el caso puntual de Emma, el Consejo la está acompañando en el proceso de reconstruir su vida. Si bien no llegó a sufrir violencia física, ésta fue psicológica, al punto de olvidarse de sus propios hijos. A través de los espacios de Emprender, ella pudo abrir los ojos, aclarar cosas y darse cuenta de lo que estaba atravesando. Este año seguiremos trabajando”, concluyó.