Del procedimiento participó personal del área de Fauna de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, junto a la Policía de Río Negro, con intervención del fiscal Juan Pedro Peralta.
Hasta detectar la procedencia de las víboras, la Policía rionegrina debió requisar los bolsos de todos los pasajeros que iban a bordo.
En base a los primeros datos recabados, se tratarían de una constrictora californiana y una víbora del maizal, ambas especies originarias de Estados Unidos.
El comercio ilegal de fauna y los recursos naturales constituye un delito y hasta prevé penas de prisión, de acuerdo a lo contemplado por la Ley Nacional N°22.421 y el Código Penal.
Los reptiles quedarán a resguardo de la Secretaría hasta tanto se dé avance a la causa judicial.