La Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo arrojó como resultado que el porcentaje de personas que “siempre, o casi siempre, utiliza sal después de la cocción o al sentarse a la mesa” disminuyó en la Provincia, entre 2005 y 2013, del 23,1% al 17,3%.
En el Departamento de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, el dato se valoró como “resultado de las acciones de promoción de la salud y control de factores de riesgo a nivel poblacional llevadas adelante desde Salud, como así también de la implementación de la Ley Provincial Nº 4804, que impidió el ofrecimiento de sal en establecimientos gastronómicos”.
En materia legislativa, Río Negro fue la primera provincia del país en establecer que “todos aquellos establecimientos gastronómicos, tanto públicos como privados, no pueden ofrecer sal en cualquier tipo de presentación, que permita el uso indiscriminado o discrecional por parte del consumidor, excepto que éste lo requiera expresamente”.
La norma reforzó las acciones emprendidas por el Ministerio de Salud para concientizar a la población sobre la necesidad de disminuir la incorporación de sal en las comidas, como parte de un plan integral de prevención y control de Enfermedades Crónicas no Transmisibles.
Dicho plan incluyó la adhesión de Río Negro a la iniciativa nacional “Menos Sal más vida”, con la cual se buscó reducir el contenido de sodio en productos panificados. En la Provincia, 36 panaderías se plegaron a la propuesta hasta el momento.
El consumo excesivo de sal puede tener como consecuencia el aumento de la presión arterial y con ello el riesgo de enfermedad cardiovascular.
La Estimación del consumo de sal en Argentina es de 12 a 13 gramos por día, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OM) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomiendan no más de 5 gramos diarios por persona.